Canción segunda de Tomás de Iriarte

Respuesta de la dama, con los mismos consonantes


Del Amor en las cadenas
nunca más te quieras ver,
que, pues te asustan las penas
poco anhelas el placer.
No acobarda un desengaño
a aquel que sabe esperar,
porque excede a todo el daño
el bien que le pueden dar.
Por tu loca fantasía
no dejes la empresa, no;
que si el Amor manda un día,
ni tú mandarás ni yo.
 

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