El caracol y los galápagos de Iriarte

fábulas de Tomás de Iriarte

Aunque se reúnan varios sujetos para escribir una obra, si carecen de ciencia, tan despreciable saldrá como si la hubiese escrito un ignorante solo


Aunque no es bueno el todo
si no lo son las partes,
y vale poco el cuerpo
en que cada individuo poco vale,
muchos que obras no estiman
de los particulares,
si éstos las hacen juntos,
con respeto los miran al instante.
Un caracol terrestre,
al caer de la tarde,
salió a tomar el fresco,
y a un galápago vio que iba de viaje.
«No se apresure, hermano»,
le dijo por burlarse
del paso que llevaba,
añadiendo otras pullas bien picantes.
Diez galápagos juntos
topó más adelante,
que de un pequeño charco
pasaban a buscar otro más grande.
Y el caracol entonces
a cuadrilla tan grave
dejó libre el camino,
diciendo únicamente: «Ustedes pasen».
Al galápago solo
tuvo por despreciable,
pero a los diez unidos
tuvo como a personas de carácter.
 

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