Soneto - X - de Tomás de Iriarte

Al ver yo mil poetas zalameros
que a sus damas llamaban serafines,
claveles, azucenas y jazmines,
diamantes, perlas, soles y luceros

al ver cómo sus versos lisonjeros
de nácares llenaban y carmines,
los llamaba salvajes y rocines,
los trataba de locos y embusteros.

Hoy Cupido esta burla vengar quiere
mandando que de Orminta me apasione,
y con las armas que yo herí me hiere.

Que hable yo igual idioma ya dispone;
mas si hay quien mi flaqueza vitupere,
Amor, haz que de Orminta se aficione.
 

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